La variada configuración orográfica de España ha determinado la formación de numerosas corrientes fluviales, montañosas algunas, de llanura otras, además de lagos y embalses, donde los peces de agua dulce tienen su hábitat. La mayor o menor altitud de los lagos, la fuerza de la corriente de los ríos, la profundidad y el tipo de fondo, la temperatura y oxigenación de las aguas, etc., son factores que inciden en las características de los peces y por tanto en su valor culinario.
El pez que más abunda en los ríos, LA TRUCHA, también uno de los más apreciados por su carne compacta, ligeramente grasa y de sabor delicado. En los ríos trucheros españoles se pescan la trucha común, la trucha arco iris y la trucha salvelino.
La preferencia que tienen las diversas regiones por este magnífico pescado, cuya mejor época de consumo es entre mayo y septiembre, ha derivado en que cada una de sus cocinas haya dado un plato con su denominación de origen.