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SOPAS
Una buena sopa es siempre el comienzo de una buena comida, el primer plato, que reconforta y predispone para degustar los manjares que deban seguir. Además, si el menú está bien confeccionado, la sopa es también el complemento nutritivo del resto de la comida. Ha sido así tradicionalmente, y lo sigue siendo, tanto en los países de Oriente como en los occidentales. Eso sí, en cada país, e incluso en cada región, existen sopas típicas, que casi siempre tienen algo que ver con lo que el terreno y el clima propician: sopas de pescado son abundantes en la costa y elaboraciones a base de verdura y legumbres se prodigan más en los lugares del interior. Y algo parecido podemos decir de las cremas.
Por otro lado, es proverbial la creencia de que los "caldos", que es como suelen denominarse en muchos colectivos a estas preparaciones culinarias tradicionales, resultan ser alimentos eminentemente saludables, y recomendados no sólo cuando la salud se encuentra resentida, sino para que, hallándose en buen estado se mantenga así, sin llegar a resentirse. Hay argumentos que justifican este convencimiento: las sopas reúnen muchos ingredientes altamente nutritivos disueltos o combinados y, además, por las peculiaridades de su elaboración, son altamente digestivas. Salud, tradición y variedad culinaria son, por lo tanto, los cimientos que sostienen la universalidad de este tipo de platos tan aceptados.
Dependiendo de su elaboración y del tratamiento y entidad de los ingredientes, es posible establecer una clasificación elemental de las sopas, agrupándolas en dos grandes bloques: las claras, en las que la sustancia alimenticia predominante es en todos los casos el caldo y que acostumbran a incorporar el pan como ingrediente obligado, y las cremas, en las que los nutrientes han sido triturados, en mayor o menor intensidad, y entre las que sería igualmente fácil establecer diferencias, trazando de esta manera una especie de abanico desde la preparación más líquida hasta los purés más espesos. En cualquier caso, es tan grande la variedad de alimentos que pueden intervenir en la elaboración de las sopas y cremas, y son tan diversas las tradiciones, que el intento de definir y analizar estos platos con exactitud nos llevaría inevitablemente al fracaso. Bástenos, por ello, comentar a grandes rasgos sus aspectos más comunes, entre ellos los ingredientes que más se emplean en las recetas, y las elaboraciones que más aceptación tienen.
Por otro lado, es proverbial la creencia de que los "caldos", que es como suelen denominarse en muchos colectivos a estas preparaciones culinarias tradicionales, resultan ser alimentos eminentemente saludables, y recomendados no sólo cuando la salud se encuentra resentida, sino para que, hallándose en buen estado se mantenga así, sin llegar a resentirse. Hay argumentos que justifican este convencimiento: las sopas reúnen muchos ingredientes altamente nutritivos disueltos o combinados y, además, por las peculiaridades de su elaboración, son altamente digestivas. Salud, tradición y variedad culinaria son, por lo tanto, los cimientos que sostienen la universalidad de este tipo de platos tan aceptados.
Dependiendo de su elaboración y del tratamiento y entidad de los ingredientes, es posible establecer una clasificación elemental de las sopas, agrupándolas en dos grandes bloques: las claras, en las que la sustancia alimenticia predominante es en todos los casos el caldo y que acostumbran a incorporar el pan como ingrediente obligado, y las cremas, en las que los nutrientes han sido triturados, en mayor o menor intensidad, y entre las que sería igualmente fácil establecer diferencias, trazando de esta manera una especie de abanico desde la preparación más líquida hasta los purés más espesos. En cualquier caso, es tan grande la variedad de alimentos que pueden intervenir en la elaboración de las sopas y cremas, y son tan diversas las tradiciones, que el intento de definir y analizar estos platos con exactitud nos llevaría inevitablemente al fracaso. Bástenos, por ello, comentar a grandes rasgos sus aspectos más comunes, entre ellos los ingredientes que más se emplean en las recetas, y las elaboraciones que más aceptación tienen.