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CONSERVACION DEL POLLO
En el hogar, y hasta el momento de su tratamiento culinario, las aves frescas se deberán mantener en el frigorífico, procurando que el tiempo transcurrido fuera de este electrodoméstico sea lo más breve posible.
Como indica la legislación, tanto en almacenes distribuidores, como en supermercados y tiendas expendedoras, las aves se mantendrán siempre en refrigeración (0°C aproximadamente) en el caso de las frescas y refrigeradas, y en congelación (entre 18 y 25°C bajo cero) las congeladas.
Cuando se trate de autoservicios y de escaparates o vitrinas de exposición, las refrigeradas y congeladas deberán presentarse en material plástico y transparente. Las frescas, sin embargo, pueden mantenerse en escaparates y vitrinas frigoríficas sin envoltura alguna.
La carne de pollo refrigerada conviene mantenerla en el frigorífico del hogar en la parte más fría, sin cocinar, envuelta -sin ejercer presión- en papel de aluminio o en hojas de plástico culinario. Aunque generalmente los pollos procedentes de supermercados pueden conservarse en el frigorífico más de tres días sin que se alteren, es conveniente, como regla general, no mantenerlos allí más de ese tiempo, máxime si se tiene en cuenta que pueden comprarse diariamente pollos frescos recién preparados.Si bien las aves procedentes de carnicerías y supermercados vienen en condiciones listas para el tratamiento culinario, es buena práctica, que aquí recomendamos, lavar la canal con agua potable, interna y externamente, para eliminar los restos de sangre y cualquier suciedad que pueda contener a pesar del lavado final al que se someten en el matadero. Este lavado ha de ser rápido, cuidando de que es curra la canal, siendo incluso conveniente secar ésta con papel de cocina blanco.
Si se pretende conservar los pollos congelados en el congelador del frigorífico doméstico durante cierto tiempo, deben mantenerse siempre envueltos en una película de plástico impermeable al vapor del agua, ya que en otro caso la carne se deshidrataría y, lo que es peor, perdería parte de su aroma. La carne de aves congelada, con la de los mamíferos, debe mantenerse a temperaturas de 20°C bajo cero, o inferiores.
Aunque teóricamente la carne de aves congelada puede mantenerse durante más de un año en congelación, recomendamos que no se superen los seis meses, puesto que una carne que lleva excesivo tiempo congelada, pierde siempre parte de su aroma y se oscurece.
Antes de su cocinado, la carne congelada tiene que someterse a un proceso de descongelación, que debe ser lento para permitir que el jugo o líquido de la descongelación sea retenido por la carne. Un peligro que puede surgir durante la descongelación es el crecimiento microbiano, que puede evitarse en gran parte manteniendo la pieza a descongelar al abrigo de insectos (moscas) y protegida de corrientes de aire, que pueden transportar bacterias.
Como indica la legislación, tanto en almacenes distribuidores, como en supermercados y tiendas expendedoras, las aves se mantendrán siempre en refrigeración (0°C aproximadamente) en el caso de las frescas y refrigeradas, y en congelación (entre 18 y 25°C bajo cero) las congeladas.
Cuando se trate de autoservicios y de escaparates o vitrinas de exposición, las refrigeradas y congeladas deberán presentarse en material plástico y transparente. Las frescas, sin embargo, pueden mantenerse en escaparates y vitrinas frigoríficas sin envoltura alguna.
¿ Cómo debe ser la refrigeración en el hogar ?
La carne de pollo refrigerada conviene mantenerla en el frigorífico del hogar en la parte más fría, sin cocinar, envuelta -sin ejercer presión- en papel de aluminio o en hojas de plástico culinario. Aunque generalmente los pollos procedentes de supermercados pueden conservarse en el frigorífico más de tres días sin que se alteren, es conveniente, como regla general, no mantenerlos allí más de ese tiempo, máxime si se tiene en cuenta que pueden comprarse diariamente pollos frescos recién preparados.Si bien las aves procedentes de carnicerías y supermercados vienen en condiciones listas para el tratamiento culinario, es buena práctica, que aquí recomendamos, lavar la canal con agua potable, interna y externamente, para eliminar los restos de sangre y cualquier suciedad que pueda contener a pesar del lavado final al que se someten en el matadero. Este lavado ha de ser rápido, cuidando de que es curra la canal, siendo incluso conveniente secar ésta con papel de cocina blanco.
¿ Y la congelación ?
Si se pretende conservar los pollos congelados en el congelador del frigorífico doméstico durante cierto tiempo, deben mantenerse siempre envueltos en una película de plástico impermeable al vapor del agua, ya que en otro caso la carne se deshidrataría y, lo que es peor, perdería parte de su aroma. La carne de aves congelada, con la de los mamíferos, debe mantenerse a temperaturas de 20°C bajo cero, o inferiores.
Aunque teóricamente la carne de aves congelada puede mantenerse durante más de un año en congelación, recomendamos que no se superen los seis meses, puesto que una carne que lleva excesivo tiempo congelada, pierde siempre parte de su aroma y se oscurece.
Cómo descongelar la carne de pollo
Antes de su cocinado, la carne congelada tiene que someterse a un proceso de descongelación, que debe ser lento para permitir que el jugo o líquido de la descongelación sea retenido por la carne. Un peligro que puede surgir durante la descongelación es el crecimiento microbiano, que puede evitarse en gran parte manteniendo la pieza a descongelar al abrigo de insectos (moscas) y protegida de corrientes de aire, que pueden transportar bacterias.