Todo sobre cocina

Si no fuera porque la proporción de proteínas que se encuentra en las verduras es mínima, insuficiente para una dieta humana equilibrada, éstas podrían ser consideradas como un alimento completo. No es así, y esta circunstancia hace necesaria la adición de otros nutrientes, como los huevos o la carne, que subsanen tal deficiencia. Sin embargo, las verduras son ricas en vitaminas, minerales e hidratos de carbono, conteniendo también cantidades muy significativas de grasa, lo que es importante.
En cuanto a las vitaminas, la A se encuentra en todos los alimentos vegetales, pero es especialmente abundante en la col, espinacas, guisantes y lechugas. Las del grupo de la B, en distintas proporciones abundan igualmente, aunque buena parte de ellas se pierden, si la cocción no es correcta, en algunos casos en su totalidad. Otras vitaminas presentes en los vegetales son la C -abundante en cebolla, tomate, judías verdes, remolacha, etc.-, la D y la E.
Si nos referimos a las sales minerales, las verduras aportan al organismo en abundancia calcio, cloro, fósforo, magnesio y potasio, entre otros. Una dieta rica en verduras compensa la pérdida constante de estos elementos, que suele ser de unos 25 gramos por día y persona adulta. También aportan las verduras calorías, más abundantes cuanto más seco se halle el alimento, y fibra que favorece el aumento de volumen de las heces, facilitando con ello el proceso digestivo.
En esta parte se va a intentar dar a conocer las características de las legumbres, que son el ingrediente básico de numerosos platos elaborados en forma de potajes.