1. Limpiar cuidadosamente los mejillones, bajo el chorro de agua fría, frotándolos con un cepillo de cerdas fuertes y dejarlos unos minutos en agua fría para que suelten la arena.
2. Colocarlos en una cazuela al fuego, con un poco de agua para que se abran. Sacarlos a medida que se vayan abriendo, quitarles las valvas y reservar.
3. Pelar y picar pequeños los puerros; rehogarlos en una sartén con un poco de aceite y cuando empiecen a tomar color, espolvorear con la harina, darles una vuelta y rociar con el vino blanco y el caldo que soltaron los mejillones (colado). Dejar cocer unos 10 minutos.
4. Añadir entonces los mejillones a la salsa, la pimienta, la mostaza, el zumo de medio limón y salpimentar. Cocer durante unos minutos y retirar.
5. Dejar enfriar y espolvorearlos con abundante perejil picado fino.
6. Se toman fríos, como entrante o aperitivo.