1. Pelar los pies de cerdo y dejarlos en remojo durante 24 horas; cambiándoles el agua unas 3 ó 4 veces; seguidamente dejarlos hervir en agua sola.
2. A continuación, deshuesarlos y picarlos muy menudos junto con el tocino.
3. Mezclar toda la carne con el queso rallado, los huevos y la harina, añadir un poco de leche y comprobar el punto de sal.
4. Untar un molde con manteca de cerdo, verter en él todo el preparado y cubrirlo con el pan rallado.
5. Introducirlo en el horno hasta que esté dorado. Se consume fría.