1. Con un rodillo o un mazo de madera, golpear la carne para que se rompan las fibras y se quede bien tierna.
2. Montar el San Jacobo: escalope, media loncha de york, loncha de queso, media loncha de york, escalope.
3. Batir el huevo con sal, pasar el San Jacobo por él, y después por pan rallado. Hacer este paso otra vez y una tercera sólo por los bordes para que selle bien.
4. Freír en una sartén con el aceite bien caliente. Hay que tener en cuenta que cuanto más caliente esté, antes se tostará por fuera, y si se hace muy rápido la carne puede quedar poco hecha.