1. Cogemos una cacerola y ponemos a calentar la leche con el chocolate troceado, hasta que se funda y disuelva. Una vez fundido, añadimos la harina poco a poco y sin dejar de mover.
2. Una vez integrada la harina, añadimos la crema de leche y seguimos mezclando. Bajamos el fuego para evitar que hierva. Por último, incorporamos el azúcar y seguimos moviendo para que se disuelva por completo.