1. Abrir los melones por la mitad en sentido horizontal.
2. Descartar los filamentos y las pipas y sacar la pulpa en bolitas, dejando intacta la corteza intacta que servirá de fuente.
3. Meter las cortezas en el congelador durante 15 minutos.
4. Poner las bolitas de melón en un cuenco y rociarlas con el zumo de limón y un poco de azúcar.
5. Trabajar el requesón y el azúcar restante, la nata y el azúcar vainillado, hasta obtener una crema.
6. Mezclar la mitad de las bolitas de melón con la mezcla de requesón.
7. Repartir dentro de las cáscaras de melón y encima poner la otra mitad. Poner en la nevera media hora y servir.