1. En un tazón, mezclar 2 vasitos de agua con el cuajo.
2. Poner la leche en un cazo y dejarla hervir. Añadir 4 cucharadas de la mezcla del cuajo.
3. Disponer en un recipiente la leche, pasada por un colador de malla fina. En el recipiente, quedará el suero de la leche y en el colador el mató.
4. Servirlo con miel y con la almendra triturada.
5. Clásicamente el mató suele presentarse en unos recipientes de barro de forma cónica, pero puede servirlo en platos normales de postre.