1. Coge un cazo, vierte la leche y ponla a calentar a fuego medio. Cuando rompa a hervir, agrega el azúcar y muévelo con una cuchara de mandera hasta que veas el fondo del cazo. Es importante que no dejes de mover la mezcla de jamoncillo.
2. Cuando se disuelva el azúcar, retíralo del fuego y bátelo con fuerza hasta que la mezcla adquiera consistencia. Si dispones de varillas eléctricas mejor.
3. Deja que la mezcla se enfríe para que espese. Luego, coge un molde pan, o el que prefieras, fórralo con papel encerado y coloca una capa de jamoncillo. Después, otra de nuez molida y sobre ella el resto de jamoncillo. Apriétalo todo con la mano mojada en agua para prensarlo. Reserva 12 nueces para decorar.