1. Primero cortamos el calabacín en rodajas muy finas y lo vamos colocando en una fuente, superponiendo las rodajas ligeramente. Troceamos las hojas de rúcula.
2. A continuación sazonamos el conjunto con sal y pimienta y regamos con aceite de oliva y un poco de zumo de limón.
3. Cubrimos con las virutas de queso parmesano y las hojas de rúcula troceadas.
4. Dejamos unos diez minutos reposar y servimos.