1. Primero calentamos una sartén amplia con un chorrito de aceite de oliva y ponemos la cebolla. Cuando esté transparente añadimos el tomate triturado y lo dejamos que se vaya haciendo, rectificamos de sal y de azúcar (para matarle la acidez).
2. Ponemos a cocer la pasta en agua con sal. Vamos controlando la salsa y removiendo. Cuando el tomate haya reducido y esté un poco más espeso, colamos la proteína de soja y la añadimos.
3. Cocemos la pasta hasta que esté al dente o al punto que nos guste a nosotros.
4. Entonces la colamos, que no quede agua y la agregamos a la sartén de la salsa. Removemos bien, que la pasta se impregne perfectamente con la salsa.
5. Servimos bien caliente.